Imagina un envase de vidrio cualquiera, como una botella de vino o de refresco. ¿Alguna vez te has preguntado qué pasa con ella una vez la introduces al contenedor verde?
Al contrario de lo que mucha gente piensa, ese no es el final de su historia. Resulta que este tipo de envases tienen una segunda oportunidad gracias a la magia del reciclaje.
Es aquí donde entra en juego la cadena de reciclaje, un proceso fascinante que convierte los residuos en nuevos productos. Pero, ¿cómo funciona esta cadena?
1. El primer paso lo das tú
La cadena de reciclaje se inicia gracias a la colaboración del consumidor, al depositar los envases de vidrio en el contenedor verde.
2. La recogida
Los residuos de envases de vidrio depositados en los contenedores se recogen y se transportan a la planta de tratamiento.
3. Planta de tratamiento
El reciclaje de vidrio se inicia con un proceso de limpieza y posterior separación de materiales no deseados tales como tapones, elementos metálicos o adhesivos incluidos en botellas o recipientes. Posteriormente, el vidrio se tritura y se convierte en calcín (pequeños fragmentos de vidrio limpio que sirven como materia prima para fabricar nuevos envases).
4. Fábrica de envases
El calcín llega a la vidriera, evitando la extracción de materias primas como la arena, la sosa y la caliza.
5. Envasadores
Las empresas envasadoras utilizarán los nuevos envases de vidrio para introducir el continente y posteriormente vender el producto envasado/embotellado a comercios.
6. Comercialización
Las compañías envasadoras trasladarán el producto de vidrio reciclado ya envasado a comercios para su posterior venta.